lunes, 5 de noviembre de 2012

Ciudad de México, El pan de muerto.



Que es para los mexicanos un verdadero placer, tiene su origen en la época de la Conquista, inspirado por rituales prehispánicos, y hoy en día es uno de los componentes más importantes de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos.
Las poblaciones mexicanas especialmente del centro y sur del país han tenido un gusto particular por ese pan de fiesta, pan dedicado a los difuntos que regresan a reencontrarse con sus familias el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, de acuerdo con la tradición de "Día de Muertos" que se ha heredado de generación a generación desde hace varios siglos.

El gusto por la elaboración de un pan especial para el caso se remonta a la época de los sacrificios humanos y a la llegada de los españoles a la entonces Nueva España
 (ahora México), en 1519. Cuentan que era un ritual en el México de antes de la conquista que una princesa fuera ofrecida a los dioses, su corazón aun latiendo se introducía
 en una olla con amaranto y después quien encabezaba el rito mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios.

Los españoles rechazaron ese tipo de sacrificios y elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella. Así surgió el pan de muerto. José Luis Curiel Monteagudo, en su libro "Azucarados Afanes, Dulces y Panes", comenta: "Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola".

Otros historiadores han revelado que el nacimiento de ese pan se basa en un rito que hacían los primeros pobladores de Mesoamérica a los muertos que enterraban con sus pertenencias. En el libro "De Nuestras Tradiciones" se narra la elaboración de un pan compuesto por semillas de amaranto molidas y tostadas, mezclado con la sangre de los sacrificios que se ofrecían en honor a Izcoxauhqui, Cuetzaltzin o Huehuetéotl.

También hacían un ídolo de Huitzilopochtli de "alegría", al que después encajaban un pico y, a manera de sacrificio, le sacaban el corazón en forma simbólica, pues el pan de amaranto era el corazón de ídolo. Luego se repartían entre el pueblo algunos pedazos del pan para compartir la divinidad.

Se cree que de allí surgió el pan de muerto, el cual se fue modificando de diversas maneras hasta llegar al actual. El pan de muerto tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.
Esos panes son clasificados de la siguiente manera:
Antropomorfos, son aquellos que representan la figura humana; Zoomorfos, aquellos que tienen figura de animales como aves, conejos, perros, mariposas, alacranes y peces, entre otros. Son característicos de Tepoztlán, Mixquic e Iguala de Telolapan.

Fitomorfos, son representaciones de vegetales diversos como árboles, flores, enramadas,


Recetas para Día de muertos

 Son distintas las versiones respecto al surgimiento del pan de muerto, pero todas esas historias indican que más allá de ser una receta de repostería, este pan lleva en sí la esencia misma del mestizaje, pues en él conviven creencias prehispánicas y españolas, ambas buscando una misma causa: recordar a quienes se adelantaron.


En la Gran Tenochtitlán eran comunes los sacrificios humanos como ofrenda a los dioses. Las cabezas eran exhibidas en un altar lo cual demostraba el poderío de los aztecas sobre el resto de las culturas prehispánicas. A la llegada de los españoles, éstos no toleraron este tipo de prácticas por lo que decidieron transpolar la figura del cadáver humano a un pan con características y significado particulares: las canillas representan los huesos; la bolita en la parte superior la cabeza, y el azahar evoca el recuerdo de los ya fallecidos.
También se dice que el origen de este pan debe su nacimiento a un rito que hacían los primeros habitantes de Mesoamérica, quienes elaboraban una especie de pan (muy parecido a las alegrías) compuesto por semillas de amaranto molidas y tostadas, mezclado con la sangre de los sacrificios que ofrecían en honor a su dioses.
 En todo México, en los diferentes estados, varían las formas y sabores de este tradicional pan. Y como escribió José Luis Curiel en su libro Azucarados Afanes, dulces y Panes: "Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola".

Yo les traigo esta receta del tradicional pan de muerto, el cual saqué del libro "Larousse de los postres" de Paulina Abascal.
Es súper esponjo cito y con un delicioso sabor a mantequilla y azahar.
La transcribo tal cual viene en el libro. Espero que les guste.


PAN DE MUERTO

Porciones: 10
*Ingredientes 
1 cda. (10 grs.) Levadura
5 1/2 tazas. (680 grs. harina)
1/2 taza. (120 ml.) Agua tibia
1/2 taza. (100 grs.) Azúcar
1 cda. (15 ml.) Agua o esencia de azahar
1 cdita. (5grs.) sal
1/2 taza. (120 ml.) Leche a temperatura ambiente
3 (150 grs.) huevos
3 (60 grs.) yemas
2/3 taza. (130 grs.) Mantequilla a temperatura ambiente
1 (50 grs.) huevo combinado con 1 cda. (15 ml.) agua
*Decoración
1/4 taza. (50 grs.) Mantequilla a temperatura ambiente
a taza. (200 grs.) Azúcar

Preparación
1. Combinar la levadura con una cucharada (10 grs.) de la harina y el agua tibia.
 Reposar durante 10 minutos o hasta que esté espumosa.
2. Colocar la harina, el azúcar, el agua de azahar, la sal y la leche en la batidora de gancho para pan. Amasar hasta que se integren y añadir los huevos y las yemas.
3. Continuar trabajando hasta tener una masa lisa, aproximadamente diez minutos.
 Incorporar la siembra de levadura y amasar hasta que se forme una bola lisa, suave y flexible.
4. Agregar la mantequilla amasando para que se integre.
 Si la mantequilla está firme, suavizarla para que tenga consistencia similar a la de la masa del pan.
5. Colocar en un tazón y cubrir con un trapo húmedo; reservar a temperatura ambiente hasta que doble su volumen, alrededor de dos horas. Ponchar la masa y amasar ligeramente.
6. Tomar 2/3 de la masa y formar una bola doblándola hacia abajo sobre sí misma. Colocarla en la charola.
7. Formar las canillas con el resto de la masa y pegarlas al pan con el huevo con agua.
8. Cubrir y dejar crecer el doble de tamaño. Barnizar con el huevo y hornear a 180°C hasta que esté dorado.
9. Al salir del horno, untarlo con la mantequilla y espolvorearlo con azúcar.

TIPS
1. Cuida que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente.
2. El volumen de la masa depende en gran parte del clima.

 Si hace mucho frío te recomiendo prender el horno a 150°C durante 5 minutos y luego apagarlo. Meter la masa en un bowl cubierto con papel film hasta que doble su volumen (Paso 5).
3. Cuando formes la bola, amasa apretando muy bien para que ésta pueda inflar

 y no se desparrame a los lados (Pasos 5 y 6).
4. Puedes agregar un poco más de harina a la masa de las canillas para evitar que éstas se fundan con el pan al momento de hornearse.

 Datos de la Wikipedía


 Un agradecimiento especial a mi amiga/os:
Lety Brarajas, Gustavo Chávez y Juan Manuel Gillen Orozco (México) por compartir.
Un abrazo. 



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