miércoles, 28 de agosto de 2013

“Estamos siendo superados por las respuestas falsas”...Fito Paez - La vida moderna

 

Esa forma especial del amor
Por Sergio Sinay
Estamos siendo superados por las respuestas falsas”
Entrevista a Sergio Sinay
Por Fernando del Río
(La siguiente entrevista a Sergio Sinay fue publicada por el diario La Capital, de Mar del Plata, el 25 de enero de 2009)

“Un cadáver conectado a Internet” cantaba Fito Páez años atrás, anticipándose a la tendencia actual de las personas que viven más la virtualidad que en el mundo de los vínculos reales. Sergio Sinay, autor de “Conectados al vacío”, explora esa problemática.

-El tema de las nuevas tecnologías, su uso y abuso, su incitación a usarlas, preocupa cada vez a mas gente, ¿verdad?
-Preocupa que nada se diga de la ilusión que generan estas tecnologías, eso de que se puede eliminar el tiempo y el espacio. El tiempo y el espacio es la existencia humana misma. Existimos en el espacio y en el tiempo, y por esto es que tenemos una doble finitud. Esto genera mucha angustia, porque los seres humanos somos conscientes del límite. Uno se queda solo con el límite entonces vive en la angustia permanente. Pero es como decía Camus, si la vida es esto y estos límites son absurdos, ya que es absurdo que nazcamos para morir, entonces démosle un sentido. Aquí entra toda una serie de pensadores existencialistas que trabajan sobre la idea del sentido de la vida, no de la vida en general, sino de la vida de cada uno.

-Y parece ser que esa es la principal carencia en el segmento de personas que se internan en Internet...
-Sí. La vida es el máximo valor, pero después, lo que cada uno haga con su vida no lo puede responder nadie desde una postura filosófica. La debemos responder en lo cotidiano, todos los días. Ese grupo de gente es el que no lo puede responder, y le genera angustia. La famosa angustia existencial.

-Entonces, ¿se puede decir que el origen de esa compulsión hacia las nuevas tecnologías es lo filosófico?
-Todo parte de lo filosófico. Creo que incluso los problemas psicológicos son problemas filosóficos, que uno los lleva al servicié, una especie de servicié, con el psicólogo. Las angustias que nos aquejan no pasan tanto por las enfermedades mentales sino por la angustia existencial. Si eso no se responde, empiezan a aparecer respuestas falsas, ilusorias. Yo creo que estas tecnologías de conexión, no de comunicación, son el más alto desarrollo alcanzado hasta ahora por las respuestas falsas.

-¿Y las tecnologías de conexión son un paliativo?
-Las tecnologías no son las generadoras de la angustia, por empezar. El que dice “Todo esto es culpa de las tecnologías” tiene una postura de dinosaurio conservador y retrógrado. Estas tecnologías lo que ponen muy en evidencia, si uno las observa con atención y nos observamos a nosotros en su uso, es el vacío existencial. Que es anterior, no lo crea, lo expone, lo potencia y lo globaliza, lo hace imposible de ocultar. En ese sentido, efectivamente ha eliminado el espacio.

-En algún pasaje de su libro usted sugiere que la única manera de superar esta desvinculación es, precisamente, acercarse al otro. Parece casi una consigna religiosa, un acto de fe.
-Creo que no hay otra salida. Es un acto de fe. Es una fuerte creencia de que algo es de esta manera. Es una convocatoria al artesanado. Me parece que la conexión es tecnológica, pero la comunicación es artesanal. Nos podemos conectar tecnológicamente a través de estas herramientas nuevas de una manera extraordinaria, como nunca se ha hecho antes. El error grave es creer que entonces estamos comunicados. Las tecnologías no nos van a comunicar. Eso no pasa por la tecnología, es artesanal. Un vínculo humano no se puede fabricar en serie. Todos los vínculos son distintos.

-¿Por qué internet o la telefonía celular van en contra de los vínculos reales?
-Porque para generar un vínculo tenemos que atravesar experiencias juntos, no por medio de la pantalla. Yo abro mi correo y todos los días tengo a alguien que me ha nombrado como su amigo en Facebook. Yo no sé quién es, ni si figuro en su libreta de direcciones. Seguramente sí, no obstante, no me convierte eso en su amigo. La amistad se construye, como se construye un vínculo entre padres e hijos. Un encuentro entre dos personas no las convierte en una pareja, a la relación hay que construirla.

-¿Cuánto vale la confianza o la ausencia de ella en estas relaciones virtuales?
-Esto es importante. La confianza se construye. Yo no voy a ser confiable porque diga “confiá en mí”. Lo seré si yo actúo de un modo confiable, pero para eso vamos a tener que vernos, hablarnos, estar presentes. Es fáctico, no discursivo. Como es fáctico el amor. Eso no se puede construir en un lugar donde la gente entra mintiendo.

-Donde el rengo es atleta...
-Buenísimo, el rengo es atleta. En internet, el petiso es alto, el morocho es rubio, el de ojos negros tiene ojos celestes, todas la mujeres tienen 90-60-90, es un lugar donde suben fotos en los que se ve una tabla de surf tapando el cuerpo y luego cuando se encuentran no es así. “No parecía tan petiso”, dicen.

-¿El inicio de los vínculos en Internet está fingido?
-Pero no hay dudas. ¿Quién dice en Facebook o en algunos de estos sitios, soy depresivo, soy melancólico, no me gusta este mundo, estoy en un tratamiento terapéutico serio?. ¿Quién dice esto? Nadie, todo el mundo es divertido, suben sus fotos de cumpleaños o fiestas. Pero además ni siquiera los nombres son verdaderos. ¿Para qué se hace eso? Para ganar “amigos”.

-En realidad, son contactos, “nicknames” a lo sumo...
-En octubre estuve en España y escuché una entrevista en televisión a la Campeona Española, juro que existe esta categoría, Campeona Española de contactos en Facebook. Dijo la chica: “tengo 129.000 contactos, pero no sé si alcanzan a tres las personas con las que yo me puedo juntar para hablar de lo que me pasa”. Eso resume todo. Una síntesis demoledora. Para construir una relación verdadera necesitás tiempo, además de la presencia, la mirada, la escucha, la palabra, la presencia para sentir, no para estar ahí.

-En otro pasaje de “Conectados al vacío” usted habla de la enajenación de la vida propia por esto de creer más en la virtualidad que en la realidad. ¿Cómo se explica eso?
-Fácilmente: los conectados desarrollan dobles vidas durante un tiempo y luego aparece una falsa vida, porque empiezan a aislarse del mundo real. Salió un estudio hace poco que decía que ya los chicos están usando más Internet que la televisión. La televisión ya está perdiendo. Les preguntan las horas que dedican a la computadora y siempre rondan entre las 3 y las 6. Si el chico va al colegio, tiene que estudiar a parte... ¿de dónde saca ese tiempo? Y la estadística es devastadora para los vínculos: le quitan tiempo compartido con sus familiares y a sus amigos.

Internet
-Internet, como dijo antes, no tiene la culpa...
-No, por supuesto. Con un martillo se puede construir una mesa, reparar una silla, hacer una cabaña, pero también partirle el cráneo a otra persona. No es el martillo, es la mano que usa el martillo, la voluntad del dueño de esa mano, con estas tecnologías pasa lo mismo. Estas tecnologías han permitido cosas muy buenas, unir familias, o se consigue un medicamento en horas y se salva una vida. Se consigue.

-Por otro lado está la obscena incitación al mal uso de estas tecnologías que hacen las grandes compañías, ¿verdad?
-Es que hay un vínculo que cuando no está sostenido en el día a día, alimentado, abruma a los padres. Porque a los padres, los hijos les resultan unos desconocidos, ingobernables. “Esto me supera”, dicen. ¿Cómo te va a superar? Vos como padre sos de una generación anterior, tenés más experiencias, más herramientas, sos el guía, el referente y sobre todo el responsable, porque creaste esa vida, ese vínculo. Los pibes son las cabeceras de playa del consumo. En la televisión, incluso en horarios de adultos, los avisos están dirigidos a los chicos.

- Y los padres salen corriendo a comprar, para no sentirse mal…
-Sienten culpa. La culpa de los padres por el abandono de sus hijos la intentan tapar comprándole cosas. O los dejan conectados a Internet todo el tiempo…

-Con un control mínimo, incluso de los contenidos más inofensivos…
-Claro, porque vos accedes a la información, pero no al desarrollo de esa información. Ya viene servida. ¿Y cómo sabes que es verdadera? Porque en Internet hay mucha mentira. Datos que parecen serios y que si vos sabes del tema corroboras que son falsos. No hay filtros, con esto de que la red es el reino de la libertad y la democracia.

-¿Como los blogs?
-El fenómeno de los blogs. Ahora todo el mundo es periodista y, para peor, todo el mundo que se cree periodista hace periodismo de opinión. Porque no se mueven de su computadora. No chequean una fuente, no tienen un cara a cara con nadie. Y esta gente tiene una impunidad para destruir reputaciones y eso circula, se multiplica. Es la impunidad, el anonimato. No es la libertad, la democracia, la pluralidad.

-En su libro anterior hacía mención al lenguaje y al proceso de deterioro. ¿Hoy esto se ha recrudecido?
-Los jóvenes están perdiendo la capacidad de narrarse a sí mismos. Como dijo Barcia, a Personal la empresa de telefonía hay que nombrarla. Porque fue la empresa que inventó ese diccionario con términos abreviados, y todas esas cosas. Se dice una empresa de comunicación y miren lo que está haciendo. Es muy notable, cuando hablás con la generación nacida con Internet, que hay una gran incapacidad de narrar un relato. Pero un relato mínimo. No pueden sostener una frase, pasan rápidamente a la onomatopeya. Mil veces tengo que decirles, pará decime todo, terminá la frase, porque las frases las interrumpen.

La comunicación
-Y donde no hay lenguaje, no hay comunicación…
-Hay una frase que dice Elie Wiessel que es “Dios creó al hombre porque le gusta escuchar cuentos”. Las únicas criaturas que podemos narrar somos los humanos y para poder narrarnos, conservar historia en forma de memoria, creamos un código que es el lenguaje que llevó 5.000 años desde los sumerios hasta acá. Pasando por distintas etapas. A este paso, que no haya dudas de que se va a destruir en muchísimo menos tiempo del que costó crearlo.

-Entonces la telefonía por un lado, Internet por el otro y para rematarla, la televisión que atropella impunemente el lenguaje…
-Cuando uno ve cómo habla la gente en la televisión, los presentadores... Tinelli es un ágrafo realmente. Es el tipo que más arrastra en este país. Es una radiografía viviente de un momento, de una cultura. Los presentadores hablan como chicos, pero no son chicos. Cuando vos tenés un medio de comunicación tenés un arma, no podés ir a cualquier velocidad. Tenés una responsabilidad. Y eso no lo entienden.

“La vida es el máximo valor, pero después, lo que cada uno haga con su vida no lo puede responder nadie desde una postura filosófica”.



                                                                           


                                                                             
                                                  http://www.youtube.com/watch?v=Ta7xeV-UjBo   
                                                                                                                                                           
                                                      Extraído de la red
                                                                           

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