miércoles, 22 de abril de 2015

EDUARDO GALEANO - ME CAÍ DEL MUNDO Y NO SE COMO SE ENTRA...Q.E.P.D.

                                                                            
                                                                              
             https://www.youtube.com/watch?v=99I23sR0Ho4&list=RD99I23sR0Ho4#t=16
                                                                            


ME CAÍ DEL MUNDO Y...
   ¡NO SÉ POR DÓNDE SE ENTRA!

Eduardo Galeano, periodista y escritor Uruguayo
autor de Las Venas Abiertas de América Latina (1971)
 
   Este artículo es para mayores (de preferencia mayores de 45);
   no aplica para menores de esa edad,  porque no lo van a entender…

   Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando
  cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sóllo porque a alguien se
 le ocurre
 agregarle una función o achicarlo un poco.

 No hace tanto, con mi mujer,lavábamos los pañales de los críos,los
 colgábamos en
 la cuerda junto a otra ropita,los
 planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a
 ensuciar.

 Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se
 encargaron de
 tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
 ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!

   Si, ya lo sé..
   A nuestra generación siempre le costó botar (tirar).

 ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables!
 Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela
 del bolsillo.

 Yo  no digo que eso era mejor.Lo que digo es que en algún momento me
 distraje, me
  caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra.

  Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.
 Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año,
 el celular
 cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

 Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la
 vida.
 ¡Es más, se compraban para la vida de los que venían después; la gente
 heredaba relojes
 de pared, juegos de copas, vajilla y hasta palanganas.....

 El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en
 toda la historia de la
 humanidad.

 Tiramos absolutamente todo.
 Ya no hay zapatero que remiende un zapato...
 Ni colchonero que sacuda un colchón y lo deje como nuevo, ni afiladores
 por la calle para los cuchillos.....

   De 'por ahí' vengo yo, de cuando todo eso existía y nada se tiraba. Y
 no es que haya sido mejor…
   Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el guarde y
 guarde que alguna vez puede servir para
   algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.
   Hay que cambiar el auto cada 3 años porque si no, eres un arruinado.
 Aunque el coche esté en buen estado.

   ¡¡¡Y  hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!!

   Pero por Dios. Mi cabeza no resiste tanto..
   Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular
 una vez por semana, sino que, además,
  cambian  el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

 Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número,la  misma mujer,la
 misma casa y el mismo nombre...
 Me educaron para guardar todo. Lo  que servía y lo que no.Porque  algún
 día las cosas podían volver a servir.

 Sí,  ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas
 nos podían servir y qué cosas no.
 Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso a las tradiciones)
 guardamos  hasta el ombligo de nuestro
  primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes,
 el primer cabello que le cortaron en la peluquería...

   ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a
 los pocos meses de comprarlo?

   ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se
 vuelven desechables con la misma facilidad
   con la que se consiguieron?

   En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.El primer cajón era para
 los manteles y los trapos de cocina,  el
   segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no
 fuera mantel ni cubierto.

  Y guardábamos... . ¡¡Guardábamos hasta las tapas de los refrescos!!, los
 corchos de las botellas, las
   llavecitas que traían las latas de sardinas.

 ¡Y  las pilas! Las  pilas pasaban del congelador al techo de la casa.> Porque no sabíamos bien si había que darles calor  o frío para que
 vivieran un poco más.
 No  nos resignábamos a que se terminara su vida útil en un par de usos.

 Las  cosas no eran desechables.Eran  guardables.¡Los diarios! Servían
 para todo:
 Para hacer plantillas para las botas de goma,  para  poner en el piso los
 días de lluvia,
 para limpiar vidrios,para envolver.

 ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario
 pegado al trozo de carne o
 desenvolviendo los huevos que meticulosamente había envuelto en un
 periódico el tendero del barrio.

  Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para
 hacer adornos de navidad
   y  las páginas de los calendarios para hacer cuadros y  los goteros de
 las medicinas por si algún
   medicamento no traía el cuentagotas  y  los fósforos usados porque
 podíamos reutilizarlos estando
   encendida otra vela, y las cajas de zapatos que se convirtieron en los
 primeros álbumes de fotos y
   los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con  la
 inscripción a mano en una sota de espada
   que decía 'éste es un 4 de bastos'.
   Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y  el
 ganchito de metal.
  Con el tiempo, aparecía algún pedazo derecho que esperaba a su otra
 mitad para convertirse otra
  vez en una pinza completa.

 Nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos.
 Y hoy, sin embargo, deciden 'matarlos' apenas aparentan  dejar de servir.

 Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base,
 las  pusimos a vivir
   en el estante de los vasos y de las copas.

   Las  latas de duraznos se volvieron macetas, portalápices y hasta
 teléfonos.

  Las primeras botellas de plástico se transformaron en adorno de dudosa
 belleza y  los corchos esperaban
  pacientemente en un cajón hasta encontrarse con una  botella.

   Y  me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan
 y los que preservábamos.
   Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son
 desechables; que también el matrimonio y
 LA AMISTAD SON  DESECHABLES.

   Pero no comentaré la imprudencia de comparar objetos con personas.-

 Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la  memoria colectiva que se va tirando,
 del pasado efímero.De la moral que se desecha si de ganar dinero se trata.

 No  lo voy a hacer.No voy a mezclar los temas,no voy a decir que a lo
 perenne lo  han vuelto caduco  y
   a lo caduco lo hicieron perenne.

 No  voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte en cuanto
 confunden el nombre  de dos de sus nietos,
   que  los cónyuges se cambian por modelos más nuevos en cuanto a uno de
 ellos se le cae la barriga,o le sale alguna arruga.

 Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.

   De lo contrario, si mezcláramos las cosas,tendría  que plantearme
 seriamente entregar a mi señora como parte de pago
  de otra con menos kilómetros y alguna función nueva.

 Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el
 riesgo de que ella me gane de mano y sea yo el entregado......
Gracias Alberto Rossi Enriquez por compartir.
Un abrazo. 
 

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